En la aldea hindú de Madhya Pradhesh se sabía que Kraji Saphari habia envenenado a su esposa poniendo cicuta en la miel de colmena,con la que endulzó el pan de habas de su víctima,pero como Kraji tenía mucho poder,nadie se atrevió a sostener la acusación de asesinato. Sin embargo,la justicia poética suele ser muy dulce: Kraji fue atacado por un enjambre de abejas mientras se encontraba en el funeral de su esposa... Quizá fué el humo y el fuego de las velas utilizadas en el ritual mortuorio lo que molestó a las abejas o tal vez fué el espíritu de la muerta la que incitó a los insectos a atacar al asesino, que perdió la vida días después,envenenado,también,por cientos de aguijones...
Hay unos insectos que nacen al amparo de la noche cerrada. Crecen, procrean y mueren antes del amanecer. Nunca llegan al mañana. Sin embargo, experimentan a cada segundo, la intensa agonía de vivir... se aparean y luchan ferozmente por sus lujosas pertenencias: el lomo de una hoja, la cresta moteada de un hongo o el efímero esplendor del musgo tierno besado por la lluvia.Quizá son el un punto ciego de la muerte,que implacable antes del estallido del sol matinal cede a esos bichos una esperanza absurda, y por ello, dichos insectos creyéndo la noche eterna, se frotan las patas lanzándose a una lucha fratricida... Envanecidos con la tentación de liquidar a sus semejantes y dominar el mundo...
Tan sólo bastaría desnudarnos y pintarnos los labios color tierra y ponernos a cantar al borde de ese gran agujero negro que nos va creciendo por dentro... Y si además,nos impregnásemos la frente de silencio como si caminaramos sobre un humo enterrado bajo nuestros pies descalzos, al lado de la Parca,y contra el viento, facilmente seríamos declarados elementos fuera de cualquier órden...
En 1873, dos hombres de Leamington, Inglaterra, realizaron una apuesta: Abraham Wise retó a James Burne Worson a caminar 6 kilómetros desde el pueblo hasta Coventry y regresar en menos de una hora.
Worson comenzó a caminar, mientras que Wise y muchos otros testigos los seguían a menos de 5 metros en carros,caballos y bicicletas ya que las apuestas de dinero que se dieron eran muchas... Pero de pronto,en el sitio más despejado del sendero,ante la vista de todos, el caminante tuvo un leve tropezón,y repentinamente dio un grito, luego se desvaneció sin tocar el suelo y se esfumó frente a los ojos de los otros hombres...
Sangró de veras se desangró en luz que se escapó hacia donde las cabalgaduras se reunieron para arrancar con orlados cascos furia de fuego a la piedra atesorada la asesina, y la vegetación de la cicuta y las llamas del disparo... También arrastro mi sueño como un vestido manchado sucio y celeste originado por el ángel que divulgó su sangre y la sed que arrastró mi miedo emergió bajo un mediodía inmoderado dejando ángulos y letras sucidas pendientes de los cielos por un hilo...
Para el Shinto,el vínculo con los espíritus de los antepasados muertos, debe mantener el debido respeto y atención,y en caso contrario,el olvido y la indiferencia, traerán infortunio y peligros sobrenaturales al hogar y la aldea. Si los espíritus son olvidados o falta de respeto.la muerte que mora en el Yomi,abrirá las puertas de la esa tenebrosa tierra de oscuridad eterna y sofocante que provocará un inmenso dolor espiritual a los vivos,debido a la ausencia de la luz y a la presencia del shinigami que es una personificación de la muerte japonesa. Es Shinigami quien vela a los difuntos y decide quien muere y cómo,y a veces,cuando padece hambre,se alimenta de las almas humanas. Sus decisiones siempre son cruentas y horribles,pero su carácter es frío y neutral. Las muertes súbitas o violentas en el Shinto se consideran de muy mala suerte, y por ello los servicios de emergencia japoneses muchas veces se abstienen de declarar a las víctimas de un desastre,como personas muertas, hasta que sus cuerpos sean incinerados con un kimono blanco,y se les prenda incienso y se les ofrenden frutos y oraciones... Y es que en el sintoísmo,cuando una persona muere,su reikon,o alma, deja el cuerpo y deambula por la tierra hasta no tener un buen funeral y ritos especiales para que pueda unirse a su antepasados. Si esto se hace correctamente, el reikon se cree que es un protector de la vida de las familias y para volver al año en agosto durante el Obon Festival para recibir gracias. Pero si la persona muere de forma repentina o violenta como en un asesinato o por suicidio,o en un terremoto,o un tsunami, y careciendo de los ritos adecuados e influidos por emociones poderosas tales como el terror, o el dolor, los reikones de los muertos se transforman en yūreis, dispuestos a causar daño y caos en el mundo físico que no pueden dejar. Es entonces que se les ve deambular como apariciones sobre los escombros de un desastre,o en la escena del crímen o por la zona del suicidio,obsesionados y enfadados... hasta que puedan ser incinerados y enterrados con el ritual...
Es inquietante ver a los yūreis entre las ruinas.vistiendo de blanco,porque es un kimono blanco el usado en los rituales funerarios del sintoísmo, porque el blanco es un color que purifica a los muertos. Este kimono puede ser un Katabira (una llanura, blanco, sin rayas kimono) kyokatabira o un (a Katabira blanca con inscripciones de los sutras budistas). Y aparecen los fantasmas con un hitaikakushi blanco (es una pequeña pieza triangular de tela blanca atada alrededor de la cabeza para cubrir la frente de los difuntos)... Sus negros cabellos vuelan al viento de la muerte,pues el cabello de un yūrei es a menudo largo, negro y despeinado, que algunos creen que es un castigo heredado del teatro Kabuki, donde una noche robaron las pelucas se usaban los actores. Y por ello,tradicionalmente, las mujeres japonesas dejaban suelto su pelo largo y negro durante los funerales y entierros... Y las manos de eos fantasmas tienen un rictus espantoso de querer aferrarse a lo que sea,porque los aparecidos carecen ya de piernas y pies, y van flotando en el aire. Los Yūreis vagan solitarios seguidos por dos llamas flotantes,de colores extraños,que son trozos fantasmales que se van desprendiendo del ánima en pena,y que si te rozan,te causarán una muerte espantosa...
Llegó sin las estrellas lácteas y sin tiranosaurios de luz,llegó la maroma acuática para niños marítimos que se ahorcaron con algas y cabellos oceánicos huyendo en hipocampos de sueño de aquel parto revertido, en la columna vertical mayor, entre jarcias y vértebras de cetáceos....
Pues fueron una saga. Oleaje escarlata en cimas de cianuro, y golpes de cerezo. Pues fueron una saga con luna abdicante, que recuerda colegios, mapas del mundo en invierno, complicadísimas hidrólisis, de niñas que ingirieron algas y arena directamente en labios de las olas, que se acostaron con el miedo en la cama de nadie, y que bebieron liquen radioactivo en vez de leche...