------------------------->Zuicidio
Hace dos años, en Praga,sucedió algo asombroso. Un hombre se mató bajo las ruedas del tranvía número 22. El misterio de este incidente radica en el hecho de que la víctima era idéntico al conductor de tranvía, de 47 años de edad, Jiri Gloubeka. pruebas post-mortem revelaron que la víctima del accidente tenía el mismo tipo de sangre que Gloubeka,la misma fisonomia, misma estructura del cuerpo y las mismas señas particulares. De hecho,el suicida Pan Glarrika muerto por el tranvía de Gloubeka en la colina de Petrin,era en todo, su homólogo absoluto. El abrumado conductor,entonces, se dedicó a buscar a los familiares del suicida Pan,para saber quién era y porqué era tan similar a él... Sin embargo, el misterio no se resuelve: el fallecido sólo portaba la escueta carta suicida con su firma, y ni un sólo documento más, ni etiquetas en la ropa. Nadie se había reportado perdido con esas características en Praga,y de las embajadas no se tenía información sobre algún turista desaparecido. En este misterioso fenómeno de dualidad,Jiri Gloubek era un retrato exacto de la víctima,y lo prueban las fotos post-mortem de Pan ylas muestras de la sangre del ADN de ambos. Los dos hombres tenían la misma edad, por lo que incluso una autopsia reveló la presencia de ambos de los mismos problemas de salud,sin embargo,haciendo test a los viejos padres de Jiri,se supo que esos dos hombres,no eran hermanos gemelos... La víctima había salido de la nada para saltar bajo las ruedas del tranvía... Y aunque Pan Glarrika pareciese un fantasma, de acuerdo con la legislación checa fué sepultado seis meses más tarde, como un desconocido. Al funeral sólo asistió una sola persona: el conductor del tranvía.
Meses después,los diarios de Praga dieron una trágica noticia: Jiri Gloubek no podía soportar la carga de experiencias después del trágico accidente, murió repentinamente de un ataque al corazón - exactamente un año después de la muerte del suicida Pan Glarrika. Mientras agonizaba en la ambulancia,pidió a su esposa que se le enterrara "junto al otro..."
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Las leyendas portuguesas narran que las más temibles de las hadas fatales, son las ondinas, hermosas mujeres gestadas en los reinos feericos acuáticos. Cuando salen a la superficie sólo se distinguen de las demas lusitanas en que sus vestidos gotean agua, pero ...quién se va a fijar en tal nimio detalle si tiene ante sus ojos a esa beldad? Cuando la mórbida dama hechiza a un hombre, este la sigue olvidándose de todo. Muchos son los que se han tirado desde los acantilados atlánticos tras el rastro de su amada, o lanzándose a las olas de las playas, dejando tras de sí apenas una estela de sangre.
Los ríos de Portugal tampoco están libres del reinado de estas ninfas. Se cuenta el relato de un anciano que en la aldea de Vilalba, en el Portugal de la fronteira, estuvo a punto de perder la vida tras intentar socorrer en el río a una mujer que, desesperada, braceaba en las aguas del Minho. Cuando el hombre, entonces buen mozo y bien parecido, se lanzó a socorrerla desde la orilla donde pescaba, se vio aferrado por varias manos fuertes que tiraban de su cuerpo hacia el fondo. Consiguió desasirse, llegando maltrecho y arañado al margen del río, desde donde contempló la corriente del Minho, cuyas tranquilas aguas no mostraban ninguna evidencia de lo sucedido,sin embargo,él había envejecido mas de 30 años,y ante el asombro de todos,era un viejecito achacoso y lleno de arrugas al salir del río...
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El director de Le Figaro,en Paris, no sospechó de la hermosa y elegantísima esposa del ministro de Finanzas de Francia, que entró a su despacho, lo saludó brevemente con la cabeza y sin pestañear,le disparó seis balas en el pecho al hombre, con su pequeño revólver browing. Luego, Mme.Caillaux se inclinó sobre el cuerpo, le escupió el rostro y se sentó,impasible, a observar su escarmiento ...
Henriette había sido amante de Joseph Caillaux, y vivió en un pisito discreto, donde el político que estaba casado, la visitó tres veces por semana durante una década. Finalmente el hombre se había divorciado y ella era la legítima segunda esposa del Primer Ministro francés.
Muy pronto el paraíso de Henriette y Joseph comenzó a sufrir embates de los enemigos políticos de este hombre con una feroz campaña de desprestigio y Calmette, el sensacionalista editor de Le Fígaro, fué el periodista más virulento en sus ataques al Ministro.
El “malheur de malheur “ llegó cuando Calmette publicó unas cartas entre Joseph y Henriette; letras de amantes, escritas diez años antes que la mujer se convirtiera en esposa. Allí estaban, infieles, desnudos ante la opinión pública y heridos por los comentarios mordaces y despiadados del periodista. Joseph se resignó. Le Figaro había roto una regla de caballerosidad no escrita, pero esa intromisión en la vida privada no estaba penada por ley. Para Henriette fue el colmo de la humillación,pero ella iba a detener esos atropellos contra su honor.
El 16 de marzo de 1914, la asesina tomó un auto de alquiler y se dirigió a las oficinas del periódico. Luego de silenciar para siempre al periodista, se dejó apresar sin resistencia. Eso sí, cuando los trabajadores del diario intentaron tomarla del brazo, Caillaux dijo: “No me toque… Je suis une dame!”
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No hay gesto más salvaje que el de una madre que mata a sus hijos... Pues eso pasó el 11 de mayo de 1945 en el Führerbunker con la Primera Dama del Tercer Reich,Magda Goebbels.
Esta mujer,que la propaganda nazi promovía como el ejemplo de la madre alemana,fué hija de una criada berlinesa y de un hombre desconocido. Al tiempo, un restaurador judío de nombre Maximilian Friedländer, tomó especial cariño a la niña. Magda recibió esmerada educación en prestigiosos colegios, hablaba francés con fluidez, y era guapa para los canones nazis.
Con apenas veinte años, Magda dio a luz a su primer hijo,del industrial Günther Quandt pero la relación con este se rompió debido a la aventura de Magda con un joven y guapo judío.
En un mitin del partido Nazi en 1930, Magda conoció al orador principal: Joseph Goebbels. Asi se afilió al partido, y se casó con el ideador de la propaganda nazi un año después. Los rumores decían no obstante, Magda se había enamorado perdidamente, no de su nuevo esposo que era homosexual, sino de Adolfo Hitler.
En 1933,la mansión de los Goebbels en Reichskanzlerplatz se convirtió entonces en un hogar para la cúpula del partido,Hitler fue nombrado Canciller y Goebbels se convertía en el Ministro de Información y Propaganda y Magda tenía un parto tras otro sin descanso hasta parir seis hijos...Y fue recompensada: Hitler no dudó en otorgarle la Cruz Honorífica de la Madre Alemana. Magda Goebbels era por entonces, el paradigma femenino del nazismo y un ejemplo de la nueva era: rubia, elegante y distinguida, madre abnegada de la familia aria ideal y esposa ejemplar. Ubicua en todas las fiestas, celebraciones y sobre todo, en la publicidad oficial.
Pero en mayo del 1945 el imperio invencible de los mil años caía en pedazos y los Goebbels se reunieron con Hitler en el búnker.
Lo que siguió fué el horror...
Magda, fría como un témpano, se encerró en una habitación con sus seis hijos. Les administró cianuro a los pequeños,sin importarle su llanto y el dolor que el veneno les causó... La mayor tenía doce años, la menor no había cumplido los cinco...Después,la asesina se decerrajó un balazo,tal vez porque notó en sus hijos, que una bala era más rápida y menos dolorosa que el cianuro...
Los cadáveres de los niños fueron encontrados por los soldados rusos, y enterrados en los jardines del cuartel general del KGB en Brezoneg a la vera del río Elba...
Fuente: Gran Crónica de la II Guerra Mundial – Tomo III – De Stanligrado a Hiroshima.
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