Viendo la mediocridad y la actitud gallinácea de los poetas de estos tiempos ,en los cuales no hay escritor serio que se atreva a suicidarse, he ejecutado esta pequeña lista de suicidas que ejercieron una muerte bella, eficaz y perfecta como sus propios escritos...Hélos aquí:
1.Los venenos como el arsénico, que usó Thomas Chatterton; la estricnina, como Mario de Sá Carneiro, o la cicuta, como Leopoldo Lugones...
2. Medicamentos como los barbitúricos que usaron Sara Teasdale, Jon Mirande, Florbela Espanca, Antonia Pozzi o Carlos Obregón. Debieron tomarlos en grandes cantidades. como Pavese, que se tomó dieciséis frascos de somníferos, o Alejandra Pizarnik, que se tragó cincuenta pastillas de Seconal...
3. El tajo en las venas que a veces no fué definitivo como en el caso de la Pizarnick,y cuando lo ha sido,pasa que se tarda mucho en morir. Que se lo cuenten a Fabrice Graveraux, que para alcanzar el objetivo hubo de huir sangrando de una multitud que le perseguía para salvarlo...
4. Ahogarse dió resultado a Alfonsina Storni que se tiró al Mar del Plata, a Virginia Woolf que se llenó las bolsas de su abrigo de piedras y se lanzó al río ; o como Hart Crane yJohn Berryman, que se fueron de cabeza al río Misissippi, o al Sena, como Paul Celan...Aunque si se sabe nadar tirarse al agua es absurdo: ese detalle se le escapó a Costas Cariotakis, que hubo de recurrir al revólver después de estar diez horas intentando ahogarse en el Mediterráneo. O como Ganivet que no vió a los salvavidas cercanos en la cubierta del barco: fue salvado la primera vez que se arrojó al río Duina, y hubo de aprovechar un descuido de sus salvadores para arrojarse por segunda vez y lograr el objetivo...
5. Las cuerdas fueron efectivas para Maria Tsvietáieva, Tor Johnson, Jens Bjorneboe o Sergei Esenin. Siempre le puedes añadir un detalle de estilo, como el de Gerard de Nerval, que se ahorcó de una farola con el sombrero puesto...
6. Y lanzarse al vacío no le falló a Beppe Salvia. Tampoco aJusto Alejo y a José Agustín Goytisolo, que se tiraron de un tercero...
7. El gas fue de gran eficacia con René Crevel y con Sylvia Plath, a la que le dio tiempo de poner leche y galletas para sus hijos antes de meter la cabeza en el horno.
8. El humo en el garaje en el que se suicidó Anne Sexton ,pero también resultó mortal al aire libre para Alexis Traianós, que conectó su boca y el tubo de escape de su coche con una manguera...
9. Y los rápidos raíles,como lo sabe Luis Hernández, que se arrojó a los del metro de Buenos Aires. Es cierto que fracasaron en primera instancia con Attila József, pero fue porque tuvo la peor suerte del mundo: el tren se detuvo porque otra persona se arrojó a las vías unos metros antes...
10. Bebiendo desinfectante logró morir Vachel Lindsay, a falta de mejores remedios. Fué sumamente valiente, porque las porquerías que usamos para limpiar los suelos saben fatal...
11. Con una bala murieron Periclís Yanópulos, Vladimir Maiakovski, José María Arguedas o Jaime Torres Bodet. Lo mismo da dirigir el revólver hacia la boca, como hizo Heinrich von Kleist; hacia la sien, como Francisco López Merino o Wolf von Kalckreuth, o hacia el corazón, como murió Jacques Rigaut. Parece una exageración innecesaria lo de Antero de Quental, al que le dio tiempo a dispararse dos veces. De recordar es la fina ejecución de José Asunción Silva, que, antes de apretar el gatillo, colocó una esponja al costado de su frac, para evitar que la sangre le manchara la pechera...
Ah,poetas veros,a los que cualquier tristeza en calderilla o depresión menchevique puede ser buena para tomar medidas terminales...
--------------------------------> Zuicidio
No hay comentarios:
Publicar un comentario