Cerré la puerta. Bajé los escalones.
Tropecé con el jardinero y se rompió el silencio.
Le supliqué con un gesto que no se mofara y lo hizo:
"Hoy no vienen, señorita; no les toca ".
Y aún no habia vuelto yo la esquina oí como le iba con el cuento a la vecina de enfrente:
"Está loca esa chica. Cada día, a las doce,baja para abrir la puerta a los muertos".
Tuve que retener a mi bisabuelo Josep que quería retarle a un duelo.
Mi bisabuelo Josep murió en el bombardeo del 39 y no está acostumbrado a la mala educación
de los jardineros fascistas para con las señoritas.
----------------------------------------->Zuicidio
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