El perro fué detrás del cortejo, cabizbajo y con el rabo entre las piernas, como un huérfano más detrás del ataúd de su dueño... Durante el entierro sus ojos parecían arrasados de lágrimas, y cuando los deudos se fueron se acurrucó al pie de la tumba, donde aulló toda la noche. Semanas después,algunos deudos,al no tolerar lo que vieron,lo remataron a tiros.
Y es que lamentablemente, los huesos del lugar lo habían enviciado...
-------------------->Zuicidio
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