Al ezkondrijo llegó un dokumuerto res nullius... como si fuera un montoncito de carroña para los gusanos enviado por Malena. Luego,apareció otro ciberego, Alex,peleando por esos despojos...
Mal...El Zuicidio quiso suicidarse otra vez, de plano,pues tanto una,como otro alteran la paz de este ezkondrijo con su absurda feria de vanidades...
Ah,ciberegos que expectoran 100 palabras cojuelas y pelean entre sí por créditos mediocres y una virtual famita, alucinándose como Cervantes,Neruda,o tal vez Pessoa...
Vánitas vanitatum, et ómnia vánitas...
La Muerte,y el Arte,enseñan una sola cosa: Humildad...
Así que el trivial dokumuerto en cuestión ha sido enviado, en una decisión salomónica y zuicida, al crematorio...y polvo ya es...Así que alé,a hacerse los vivos a otro osario...
Sin embargo,como el tedio también mata y este asunto me da mortal pereza,mejor dono a Malena, Alex y et al,una rola,y este poema del gigante Neruda,que nos enseña a no darnos tanta importancia...
No tal alto...
De cuando en cuando y a lo lejos
hay que darse un baño de tumba.
Sin duda todo está muy bien
y todo está muy mal, sin duda.
Van y vienen los pasajeros,
crecen los niños y las calles,
por fin compramos la guitarra
que lloraba sola en la tienda.
Todo está bien, todo está mal.
Las copas se llenan y vuelven
naturalmente a estar vacías
y a veces en la madrugada,
se mueren misteriosamente.
Las copas y los que bebieron.
Hemos crecido tanto que ahora
no saludamos al vecino
y tantas mujeres nos aman
que no sabemos cómo hacerlo.
Qué ropas hermosas llevamos!
Y qué importantes opiniones!
Conocí a un hombre amarillo
que se creía anaranjado
y a un negro vestido de rubio.
Se ven y se ven tantas cosas.
Vi festejados los ladrones
por caballeros impecables
y esto se pasaba en inglés.
Y vi a los honrados, hambrientos,
buscando pan en la basura.
Yo sé que no me cree nadie.
Pero lo he visto con mis ojos.
Hay que darse un baño de tumba
y desde la tierra cerrada
mirar hacia arriba el orgullo.
Entonces se aprende a medir.
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seremos tan locos,
tal vez no seremos tan cuerdos.
Aprenderemos a morir.
A ser barro, a no tener ojos.
A ser apellido olvidado.
Hay unos poetas tan grandes
que no caben en una puerta
y unos negociantes veloces
que no recuerdan la pobreza.
Hay mujeres que no entrarán
por el ojo de una cebolla
y hay tantas cosas, tantas cosas,
y así son, y así no serán.
Si quieren no me crean nada.
Sólo quise enseñarles algo.
Yo soy profesor de la vida,
vago estudiante de la muerte
y si lo que sé no les sirve
no he dicho nada, sino todo.
Pablo Neruda
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