Pensaron que venía de Ontario; o de más al norte del lago Erie,por su acento francés,otros supusieron que venia de Cleveland,por que de ahí llegó el último autobus,o que era un ángel bajado del cielo,pero la verdad es que nadie supo bien a bien de donde llegó a Willoughby, Ohio. La vieron parada junto a la estación de Greyhound,con una vieja blosa de tela con estampado de flores,que parecía vacía, vistiendo un vestido ligero y azul como el cielo, con un abrigo azul, un suéter,una bufanda y unos zapatos azules,y unos ojos un poco más azules que todo, si se puede... Nadie se explicó que hacía una muchacha tan bonita en un pueblo tan común y corriente del Lake County.
Y como en esa zona gustan mucho de las historias inexplicables,de fantasmas,con sus espíritus descarriados,la gente empezó a notar algo extraño en la niña vestida de azul: Siempre permanecía alerta,nerviosa,como si alguien la siguiera...La cosa es que en 1933 pocas muchachas tan jovenes y bonitas viajaban solas, ni las furcias del Niágara Falls viajaban solas,pero esta niña sí,y parecía muy atemorizada. Cuando pidió una habitación en la pensión del pueblo,le suplicó al mesonero que por nada del mundo apagara las luces del local, porque en la oscuridad "venía lo malo" dijo ella...
Al día siguiente saludó a todo mundo con calidéz, acudió a misa en la iglesia,y tocó como los ángeles, el órgano que hacía años que nadie usaba,y después de misa jugó con las niñas Holms que habían quedado huérfanas de madre el invierno anterior,y hasta les hizo un columpio en el viejo fresno del granero. Luego acompañó a la vieja señora Lanzt al mercado y le ayudó a cargar la compra,y aún más,ya en casa de la vieja viuda,le hizo un thé,y le frotó las piernas adoloridas con ungüento de castor, y sin cobrarle un centavo,sólo lo hizo por buena...Por la tarde,con una sonrisa acompañó al ciego Thompson a cortar flores al prado, para luego acomodarlas en la tumba del joven hijo Thompson,que había muerto de fiebres unas semanas antes. Y como esos actos buenos,hizo muchos más la bonita chica de azul.
Retrato artístico del 'Girl in Blue' tomada de fotografías post mortem. |
Red Bird Smith,un viejo indio hurón que tenía una tienda de rifles en el centro del pueblo,y que sabía muchas historias, dijo que tal a la muchacha la viniera siguiendo un baykok, es decir,un maligno espíritu de los bosques, un demonio ojibwa que medra por los Lagos del Canadá,y que acosa y caza por la noche a su presa humana,para matarla con flechas invosibles y devorarle el alma, y más si esa presa es una dulce muchacha bella,inocente y vestida de azul...porque el color azul para ese demonio,es como la miel para los osos... Por supuesto que nadie le creyó a Red Bird,hasta que sucedió la tragedia...
Contó el mesonero y la señora Lanzt que la chica de azul,a la que dieron en llamar Marie Blu,ese día se notó más nerviosa y asustada que de costumbre, y que preguntó sobre el tren que iba del Niágara a Nueva York, porque deseaba partir con urgencia. Al final del día,cuando la muchacha se acercó hacia la estación de ferrocarril, algunos cuentan que vieron a un extraño alto y de ropa oscura recortar su sombra contra el crepúsculo, y entonces la chica dejó caer su bolso, dió vuelta en la segunda calle antes de la estación, y entró casi corriendo en un bosquecillo de árboles y maleza... Unos dieron aviso,pues la noche cerró pronto y la supusieron perdida y pronto engullida por los amenazadores ramajes...Se disponían a buscarla cuando alguien gritó desde las vías... La habían visto arrojándose sobre los rieles,al paso del tren...
Al final de la noche,su cuerpo fue llevado a la funeraria McMahon, sin saber si su muerte se debió a un accidente,a un suicidio o a una maldición... Y al ver en su floreada bolsa azul,no encontraron nada,mas que una botellita de perfume de lavanda y 90 centavos, además de un boleto del tren a Corry, Pensilvania...por ello fueron avisados todos los periódicos de la región, a los que se envió un retrato con la esperanza de encontrar a los familiares de la desconocida y resolver su misterio,Pero nadie vino.Con donaciones locales se pagó por una lápida y por flores. Y cuando se le sepultó,unas 3.000 personas asistieron a su funeral en el cementerio de Willoughby. En su epitafio sólo se pudo grabar " Girl in Blue".
Su tumba desde entonces, se convirtió en un símbolo del pueblo...
Sin embargo,muchos años después,un periodista del News-Herald contó que un tal Ed Sekerak, borrachín sin hogar, le contó,a cambio de dos dolares, el misterio de la Chica del Tren de Willoughby, porque él conocía a la familia,que eran emigrantes polacos y que su nombre era Sophie Kilczak,y eso era todo... Pero un misterio así,no se resuelve con dos dólares,por lo que aún hoy, ochenta años después,la gente del poblado sigue llevando flores a la muchacha que murió en las vías del tren,y que vestía de azul, ese color tan gustoso para los demonios ojibwas...
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