10/15/2015
Matar al Wendigo...
La creencia en el Wendigo, ese hombre convertido en una bestia canibal de los bosques es bien conocida por los Mohawk (cuyos territorios una vez cubierto el estado de Nueva York hasta el sur de Quebec), donde los wendigos son llamados limmikin o yenaloosi), y aún hoy en día es muy temido en las tribus, a tanto,que si ven alguno,lo matan sin reparo...Y ese fue el caso que sucedió en una reserva ojibwa de Canadá...
Corría el año 1906. Machekequonabe, un miembro de la etnia ojibwa, acababa de ser declarado culpable de homicidio involuntario en un caso por asesinato de un wendigo. Los hechos tuvieron lugar en una reserva de la mencionada tribu, situada en uno de los inmensos bosques boreales característicos del noroeste de Ontario, en Canadá. Según las actas del juicio, celebrado en la localidad de Regina, el homicida habría matado a su padre adoptivo en la creencia de que éste había sido poseído por un wendigo, un espíritu maléfico que "en ocasiones adquiere la apariencia de un ser humano de carne y hueso" al encontrarlo devorando restos de un cadáver en el cementerio cercano.
El anterior testimonio, recogido por el jurista Sidney L. Harring, tiene un enorme valor. No en vano, el contexto del mismo fue el primer juicio por un caso de asesinato en el que se vio involucrado un wendigo o, lo que es igual, una criatura que hasta aquel momento se creía que sólo habitaba el mundo espiritual o la imaginación de algunas tribus aisladas de Canadá y el norte de EE UU…Wasawpscopinesse,uno de los testigos de la defensa, declaró:
"La primavera pasada lo vimos cerca del campamento unas cuantas veces. Así que lo escondimos todo,guardábamos a los niños temprano y también las canoas. Pero continuó merodeando por los alrededores, durante bastantes días. Hasta que cierta noche lo vimos muy cerca de la casa-escuela. Entonces, uno de los hombres salió tras él y le disparó. Le disparó dos veces. Había sangre en el lado izquierdo del cementerio, encima de las hojas.Había abierto dos tumbas más. A la mañana siguiente, decidimos ver si la sangre continuaba allí. Algunos acordaron seguir su rastro. Caminaron durante medio día, descubrieron tres huellas y volvieron a perder su pista. Las pisadas tenían dos palmos de largo. Iba con los pies descalzos..."
En realidad, Wasawpscopinesse no presenció el crimen, pero fue el único indígena de la reserva que se atrevió a quebrantar la ley no escrita que prohibía hablar sobre el wendigo, una entidad diabólica cuya sola mención provocaba verdadero terror entre los nativos. Fue precisamente ese ambiente de miedo insuperable el que, al parecer, se adueñó de la pacífica tribu de Machekequonabe y de él mismo, llevándole a cometer tan horrible crimen...
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