Sería una ciudad que esconda en su modernidad una antigüedad mítica. Que tenga pasadizos ocultos donde deslizarse durante el día, y grandes prados yermos para pasearse por la noche. Tendría que tener un cementerio de tumbas altas y nobles colindando con lápidas sin nombre y hace tiempo olvidadas. Esa ciudad tendría que tener pasado de piratas y bucaneros, de monjas enamoradas, de incursiones bárbaras. Así la vida de fantasma sería acompañada por gente interesante, con muchas historias para contar. Tendría que tener algún misterio oculto pero dulce. Los cadáveres de una pareja en un muro medianero, algún tesoro oculto a los registros oficiales. Yo sería un fantasma silencioso, que sòlo cuidarìa a los niños cuando regresan tarde del colegio, que me movería con el tiento de una sombra, que me cobijarìa al final de la noche, y realizarìa mi apariciòn espectral en algùn chiringuito de pescadores o en un museo de juguetes del pasado, dirigido por un antiguo profesor de historia.
Asì podrìa descansar hasta el final de los días, recordando los tiempos cuando no sabía de misterios y de fantasmas. Cuando para mi todo era luz dorada de la tarde y la noche era sòlo la morada de los grillos y de los cuentos. Escucharía con la inocencia y la atenciòn de una niña las historias, y en las noches de tormenta contaría mi leyenda, lentamente, para que todos, muertos y vivos me escucharan...
---------------------------------->Zuicidio
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