11/04/2009
La sed de Dios...
Es una creencia que está todavía muy arraigada en la gente campesina de Mèxico. Su devoción data desde los primeros colonizadores. La representan como una mujer que padece tormentos en el purgatorio y recorre los caminos nocturnos con las manos atadas con cadenas.
La leyenda que corre de boca en boca entre la gente de Tamaulipas,por ejemplo,menciona la “sed de Cristo”.
Dicen por las norteñas tierras mexicanas,que en Jerusalén tenían mujeres destinadas a darles de beber a los que sacrificaban en la cruz. La tarde del Viernes Santo le tocó subir al Calvario a una joven: Celestina Abnegada. Del ánfora dio a beber a Dimas y a Gestas, los dos ladrones que acompañaban a Jesús.
Sin embargo al Cristo le negò el agua, despreciàndolo, y por eso se le condenó a sufrir la sed y el calor constante de las llamas del Purgatorio por la eternidad,sin esperanzas para la pobre ànima de ninguna redenciòn...
Nadie quiere al Ànimasola,todos la olvidan,y por eso es un fantasma que sufre hambre y soledad en èstos dìas de difuntos y deambula con inmensa tristeza por toda la Huasteca,pidièndo, aunque sea,un mendrugo de pan de ànimas duro que sobre de las ofrendas de los difuntos que si son queridos...
Pobrecilla del ànima sola...
------------------------->Zuicidio
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