Nunca más...
Nunca más volvió...
Desde entonces ya no hubo patio
ni baúles con especias,
ni la luz posó sus labios
en los membrillos del aparador.
Y en vez de su vida fue la fiebre,
la humedad,
el tremendo cansancio
fluyendo de los frascos de perfume.
Por la tarde se le cala el cabello
en un charco de lodo.
Por la noche agrieta con los nudillos
el ventanal de la lluvia...
-------------------------------------->Zuicidio
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