11/02/2013

Tiempo de máscaras...









Hay un tiempo para sembrar y pedir a los dioses del monte y del trueno por lluvia y por un buen destino para la simiente y los vivos...y hay un tiempo para cosechar y  agradecer a los Dioses del inframundo por ayudar a la siega de la buena cosecha y pedirles amparo para las almas de nuestros difuntos....
En la Huasteca, durante los primeros fríos,es cuando los dioses del inframundo llegan con los vientos, pero no vienen solos: traen con ellos a los muertos que  visitan a sus familiares vivos,por eso siempre es bueno ofrendarles velas, inciensos, sal, agua y pétalos por los caminos,y danzas,cantos, rezos y un arco de palmas y flores por donde pasarán al mundo de los vivos por unos días, y el altar con sus candelas,y las
cañas de maíz,las flores y las frutas, el aguardiente y el pan, y tamales, mole, atoles, balche y tabaco,y las mazorcas y semillas...la hospitalidad para los difuntos:  signo eterno del Xantolo...
Decir Xantolo en la Huasteca es decir arte y magia desbordadas por los pueblos, música para los muertos,cantos nahuas y otomies, y huapangos, aromas de velas y flores de cempasúchitl y caminatas con ollas llenas de alimentos al cementerio...
Decir Xantolo es abrir la puerta entre dos mundos... Los más viejos huastecos saben que por esa puerta,durante los días de Todos los Santos no sólo los muertos vienen al mundo una vez al año  para compartir con los vivos el pan,la sal y el regocijo...Se sabe que entre la multitud de vivos y muertos se desliza, silente, Mictlántecuhtli,el descarnado dios la muerte, dispuesto a llevarse al primer desprevenido...Pero los hustecos no son nada tontos asi que engatuzan a la muerte, poniéndose  máscaras y vistiéndose del sexo opuesto con tal de burlar al dios y conservar la vida un poco más ...


Y las máscaras,rostros visibles del alterego,burlan a la muerte y a veces, hasta la espantan, y por eso en la Huasteca son tan valiosas para desfilar y bailar en honor a los fieles difuntos en la “viejada”, en donde todos se ocultan tras sus máscaras de madera y sus disfraces de demonios, catrinas, ancianos malignos y entes absurdamente coloridos,y bailando un son,van visitando las casas de quienes recién han perdido a un familiar para darle ánimo y acompañar con un trago de aguardiente a los muertitos y alejar,con la música y las máscaras, a la muerte misma de los que quedan vivos...


No temen a nada con sus  máscaras boconas,de grandes labios rojos y carnosos circundando unos dientes cuadrados y pelones,y las  de  los diablos, que con sus lenguas grotescas se encargan de asustar a la muerte,y con sus rostros de cedro rojo,ya sean burlones o llorones,la muerte no es amenaza, es más bien un motor de baile, y vida. Y así,con el humo del incienso y el aroma de la flor de cempasúchil llegan al final: todos terminan danzando en el panteón, entre a las tumbas y en vital comparsa por los senderos del camposanto...Y es que este es el tiempo de bailar,de festejar,de vivir...pues ya vendrá el irremediable tiempo de quitarse las máscaras y descansar en paz...


--------------------------------------------------->  Zuicidio

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