2/04/2010

Literatura y delito...


Si Don Quijote de la Mancha fuera juzgado por nuestras leyes, algunas de sus andanzas libertarias serì­an encuadradas en el Còdigo Penal bajo el tipo de lesiones, daños, coacciòn y estafa.
Y el Gato con Botas,tambièn enfrentarì­a acusaciones por homicidio al favorecer al Marquès de Carabàs,lo mismo que los 7 enanos por inducciòn al suicidio de la bruja.Asì­ mismo Pulgarcito tendrì­a una calidad inimputable ante la ley por su minorì­a de edad, pero con un germen de peligrosidad en el Consejo de Menores por estafa, y a sus padres se les remitirì­a a prisiòn por abandono de menor.
En la Iliada,Zeus, el dios del Olimpo, parecerì­a -bajo esta òptica- un psicòpata sexual.Insestuoso por casarse con su hermana Hera,serìa acusado de acoso y o violaciòn, por perseguir a toda diosa,ninfa y sirena que estuviera cerca de èl. Afrodita, la diosa del amor y la belleza que ayudò a Odiseo en su zaga, serì­a juzgada por pervertidora de menores y envenenadora. Alì­ Babà y los Cuarenta Ladrones tendrì­an un rosario de cargos como allanamiento de morada, homicidio, robo e inhumaciones ilegales,secuestro, entre otros.
La Biblia es un documento criminològico sumamente importante, porque en ella hay homicidios, robo, incestos, genocidio; hay todas las formas habidas y por haber de delitos. Lo mismo Lady Macbeth,Otelo y Romeo ya estarìan en chirona.
Y es que la literatura incide en desmenuzar una de las preocupaciones ontòlògicas mas intensas de la humanidad: el crìmen.
La lieteratura povee de esos ejercicios de reflexiòn para refinar los conocimientos de la llamada melancòlicamente,ciencia del delito: la criminologìa.
Desde sus orìgenes, la obra literaria se ocupa de la violencia y del crimen en forma constante y preponderante. Todo gènero, toda escuela, nutren su literatura de temas jurìdicos, particularmente penales. Los vemos abundantes y con gran riqueza en su descripciòn, los hallamos encubiertos y mal disimulados, los percibimos duramente reprimidos o idealmente justificados.
El criminal pone en pràctica ciertos impulsos y fantasìas que el ciudadano amante de la ley reprime o aborrece. O, dicho màs claro, la sociedad ama los crìmenes, pero detesta a los criminales.
El cruce entre realidad y ficciòn se vuelve una espiral infinita y peligrosa... Una alimenta a la otra y èsta refleja a la primera.No es casualidad que los artistas hayan impregnado de violencia y de crìmenes su producciòn. Al contrario, ello comprueba que el arte nunca ha estado màs identificado con la naturaleza del hombre y con la realidad del ambiente...


------------------------------->Zuicidio

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