
Al adentrarse en el bosque escuchó risas, y siguiendo el sonido de las mismas encontró un manantial donde las ninfas jugaban escurriéndose entre los nenúfares. Cuando las hermosas ondinas descubrieron al apuesto joven, le hicieron señas, y Hylas no pudo resistir la tentación. Se acercó, haciendo ademán de llenar su odre y entablar conversación con ellas, cuando una ninfa se adelantó. Su mirada apasionada se clavó en la del muchacho, y unas delicadas pero firmes y frías manos lo aferraron. El tacto helado le hizo despertar de la ensoñación, mas antes de que pudiese liberarse o pedir auxilio fue arrastrado a las profundidades de la charca.
Jamás sus compañeros volvieron a ver a Hylas, aunque días después de recorrer la isla obtuvieron la respuesta a su extraña desaparición; desde una gran distancia, a través de las aguas de un gélido manantial, con voz distorsionada, Hylas les llamaba, intentando que le rescataran de un lugar atemporal del que nunca podría escapar...
--------------------------------->Zuicidio
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