1/31/2011

El hablador...


Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba.
Y venga hablar.
Yo soy una mujer sencilla. Pero aquel tío gordo no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar.
Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba.
Despedirlo por eso? Hubiera sido acusada de no respetar la libertad de expresión.
Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo.
Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá.
Le metí la toalla en la boca para que se callara.
No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro...

------------------------>Zuicidio

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