5/22/2010

Perfiladores...



Algunas veces se han resuelto crímenes que parecían impenetrables desde un escritorio. Cómo se logra? Analizando la situación, el lugar del crimen y poniéndose en la mente del asesino. Luego, trazando un perfil psicológico del sospechoso.
En el otoño de 1888 la gente de Londres estuvo aterrorizada por las andanzas del que se ha considerado como el primer asesino en serie de la era moderna. Nadie supo su nombre verdadero, pero sí el apelativo que él se autoadjudicó: Jack el Destripador. Un apodo acertado, ya que sus cinco víctimas –hay autores que dan pruebas de que fueron más– sufrieron la amputación de algún miembro y la extracción de vísceras que fueron cuidadosamente colocadas junto a los cuerpos en un macabro ritual que sólo su autor podría comprender.

De la investigación se encargó el coroner Wynne E. Baxter, que ordenó la realización de la autopsia de las víctimas al doctor Thomas Bond. Es a él, precisamente, a quien se debe la primera perfilación criminal conocida de la historia:
“El asesino, en su apariencia externa, es muy probable que sea de aspecto inofensivo. Un hombre de mediana edad, bien arreglado y de aire respetable. Puede tener el hábito de llevar capa o abrigo muy oscuro porque si no, la sangre de sus manos y ropas hubiera llamado la atención a los viandantes”, dejó escrito en el texto que envió al jefe de la investigación tras examinar los cinco cuerpos, las escenas del crimen y la escritura que Jack utilizaba en las cartas que enviaba a la policía metropolitana.

Jamás se supo si las conclusiones de Thomas Bond fueron acertadas o no, pero sirvieron para desarrollar una nueva herramienta en la investigación criminal: la llamada “perfilación criminal” o criminal profiler como se le llamó en Londres. Básicamente, la técnica de la perfilación criminal consiste en elaborar un esbozo físico y psicológico, lo más aproximado posible, de la persona a la que se está buscando por un determinado delito. Robert K. Ressler, el mayor experto mundial en esta técnica y ex agente del FBI, la define como “la elaboración de un mapa de la mente del asesino”. La idea es que si el investigador consigue pensar como él y sentir lo que el asesino siente, será capaz de adelantarse a su próximo movimiento y llegar a capturarle. “Si se entra en la mente de un criminal, se le puede entender y predecir su siguiente paso”, asegura Ressler.

Y se habla de asesinos porque con este tipo de criminales es con quien mejor parece funcionar la técnica de la perfilación y, en mayor medida, con los asesinos en serie. Esto es así por el simple hecho de que el asesino en serie delinque repetidamente; así, gracias a esa repetición es más sencillo ir trazando una pauta, es decir, perfilar lo que en el argot policial se llama modus operandi, lo que incluso nos llevará a aprender qué conductas progresivas realiza el criminal...

---------------------------------------------------->Zuicidio

No hay comentarios:

Publicar un comentario