8/14/2014

El resplandor de Torngasuk...






Misteriosos son los casos de las personas que desaparecen sin dejar huella. Pero qué pasa cuando todo un pueblo desaparece sin dejar un solo rastro? Eso es lo que pasó al pueblo Inuit asentado cerca del lago Anjikuni en la región Kivalliq de Nunavut, Canadá..Anjikuni está situado en uno de los lugares más remotos del mundo, en la zona del Océano Glacial Ártico, en el paralelo 70, a unos 300 kilómetros al Oeste de la bahía de Hudson, y a 800 kilómetros del fuerte Churchill, donde se encontraba la policía Montada de Canadá. Era un poblado inuit, dedicado principalmente a la caza y a la pesca, con un centenar de habitantes. Entre los eskimales semi-errantes, medio nómadas, los poblados se montaban temporalmente, pero Anjikuni era un asentamiento Inuit permanente,que también daba refugio a los tramperos de Canadá. Así fue que durante una noche en noviembre de 1930, un trampero canadiense llamado Joe Labelle, fue en busca de un refugio contra el frío intolerable de la tundra cuando llegó el pueblo Inuit de Anjikuni. Joe no era nuevo en este lugar. Él había estado aquí antes. Excepto entonces lo había encontrado lleno de lugareños hospitalarios y sus perros de trineo juguetones. Pero hoy en día, se encontró con el pueblo hundido profundamente en un extraño silencio...

  Joe Labelle, marchaba con sus raquetas de nieve hacia el pueblo junto al lago Anjikuni, se sintió agobiado por una extraña sensación de pavor. Las chozas rodeadas por la nieve estaban silentes, y no salía humo de ninguna chimenea. Al pasar por la orilla del lago Anjikuni, el cazador vio que los botes y los kayaks todavía se hallaban amarrados a la orilla. Sin embargo, cuando fue de puerta en puerta, solamente encontró una soledad misteriosa. Aún estaban apoyados en las puertas los apreciados rifles de los hombres. Ningún viajero esquimal dejaría jamás su rifle en casa.



Recorrió todo el pueblo buscando desesperadamente vida, dentro de las cabañas, pero las ollas de guisado estaban congeladas sobre los fuegos apagados hacía mucho tiempo... Labelle no encontró cuerpos, ni vivos ni muertos, ni tampoco señales de violencia. El asustado Labelle fue hasta la abandonada oficina de telégrafos de Angikuni y pidió ayuda al cuartel general de la Policía Montada de Canadá. Antes,a la policía Montada había llegado el aviso del cazador Arnand Laurent,que con sus dos hijos,había visto un extraño destello que cruzaba el cielo cerca del lago Anjikuni, a toda velocidad...una suerte de enorme bola de fuego que pareció hundirse en el pueblo de la tribu Inuit,sintió un temor inexplicable, y decidió regresar inmediatamente a su cabaña... Así que por eso,todos los oficiales disponibles fueron enviados a la zona de Anjikuni. La policía Montada, debido a las inclemencias meteorológicas, tarda unos días en llegar a Anjikuni. La sorpresa aún es mayor, va en aumento. No encuentran huellas, ni rastros de violencia, las raquetas para desplazarse por la nieve y los trineos seguían allí.



Cuando realizan una investigación más profunda, se cercioran que no se han llevados los perros para arrastrar los trineos. Al cabo de unas pocas horas de búsqueda, los policías dieron con los perros de los trineos perdidos. Estaban atados a los árboles cerca del pueblo y sus cuerpos se hallaban bajo una sólida capa de nieve.Habían muerto de hambre y de frío. En lo que fuera el cementerio de Anjikuni, se produjo otro descubrimiento escalofriante. Las tumbas se encontraban abiertas, de las cuales, bajo una temperatura glacial, alguien se había llevado los cadáveres... No se veían huellas fuera del pueblo, ni tampoco posibles medios de transporte por los cuales la gente pudiera haber huido. Sin poder creer que tantas personas pudieran desvanecerse de la faz de la tierra, la Real Policía Montada de Canadá amplió su búsqueda. Con el tiempo, la investigación cubría todo Canadá y continuaría durante años. Pero a la fecha, el caso sigue sin solución y no hay forma humana de explicarlo. No hay pruebas, ni testimonios, nada de nada. Al no poder explicarse de una manera racional, surgieron las teorías sobrenaturales... Quizá fue un ataque de locura colectiva, provocado por algo (posiblemente la caída de un meteoro), que creó histeria colectiva, o un Ovni los arrebató a todos...Las poblaciones inuits de los alrededores, hablaron de Omanek, una tierra desconocida dentro de la mitología inuit, y que por algún tipo de razón inexplicable, sus habitantes pasaron a este otro mundo paralelo.



Las leyendas esquimales y sus memorias milenarias de esta gente- que relatan la convivencia con otro pueblo similar al de Anjikuni, el cual acabó desapareciendo en las extensiones heladas del Polo Norte, en la región espiritual del Omanek,una especie de mundo paralelo del cual sólo se accede a él con el llamado “resplandor" de Torngasuk. En la mitología inuit , Torngasuk es un poderoso dios / demonio / espíritu del cielo y sus tormentas en Groenlandia y las regiones del noreste de Canadá. Torngarsuk es el amo de osos,lobos,ballenas y focas y es el más poderoso ser sobrenatural . Se aparece en la forma de un oso, o un hombre de escarcha con un solo brazo, o como una gran criatura amorfa de hielo. El Tornasuk puede enfurecer y destruir en segundos un glasiar si los angekok-brujos- lo provocan, (Lovecraft hace una referencia a este terrible espíritu de la mitología Inuit en en su famosa novela corta "la llamada de Cthulhu") ,Así los nómadas Inuit de las estepas polares saben que el que se llevó a los habitantes de Anjikuni fué el terrible resplandor del espíritu nevado de Torngarusk...


-------------------------------Zuicidio

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