5/03/2013

El tesoro de Miquihuana...















Durante la Revolución Mexicana,hubo un general, Lucio Blanco, que tomó Matamoros a mediados de 1913, porque ahí se realizó el primer reparto agrario en México, en la hacienda Los Borregos, que había sido propiedad de Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz... Se cuenta en Tamaulipas que la hacienda escondía un gran tesoro, tesoro que fué llevado en 30 mulas cargadas de oro,arte y gemas,a territorio de los apaches en la Sierra del Picacho,por Santa María del Nogalar.
Y fue ese tesoro elque trajo los fantasmas a Miquihuana...
En épocas de la revolución, Miquihuana era uno de los pueblos más bonitos de la región, y ahí acudían los revolucionarios a saciar sus necesidades de todo tipo en cantinas,burdeles y tendajones. Ahí llegaron los soldados de Blanco con sus 30 mulas y se hospedaron en el mejor hotel de Miquihuana,la casa de Ana Rosa,que tenìa muchos cuartos, baño inglés y un jardín enorme en forma de herradura y.en el centro del solar una bella fuente de agua cristalina...
Cuentan que Ana Rosa era muy avara,y muy mala, jamàs  daba una limosma  y vivía de prestar a rédito,porque gustaba de medir su dinero en costales. La señora tenía  dos criadas y un hermano que le ayudaban a cuidar del hotel.
Pasó entonces que la noche que llegaron los arrieros con las 30 mulas,Ana Rosa fué poseída por un mal chamuco que la llevó a cometer un acto terrible por la sola codicia.
Primero ordenó a las criadas y al hermano que le dieran de beber a los 7 arrieros...Pero el aguardiente tenía el zumo venenoso de la flor matadora.
 No se sabe qué  agonìas pasaron los revolucionarios, pero pasado algún tiempo de mucho dolor, murieron.
Entonces Ana Rosa y sus `cómplices descargaron las mulas,escondieron los tesoros y volvieron a cargar a las acémilas con los cuerpos de los difuntos. Los llevaron a una barranca y ahì los tiraron, y las mulas las vendieron en Reynosa... De vuelta a Miquihuana, Ana Rosa  para no compartir su riqueza,metió dos tiros de carabina 30.30 a su hermano,por la espalda, mientras este,cansado, dormitaba montado en su yegua.
Más tarde, al saber que los revolucionarios de Blanco iban a entrar al pueblo; para evitar que le quitaran su rapiña y la acusaran de esas muertes, enterró el tesoro en veinte ollas grandes. Pero ese mismo noche Ana Rosa enfermò por tanto esfuerzo y murió sin que nadie supiera dónde había enterrado sus riquezas...
La casa quedó abandonada,y ante la llegada del enfadado general Blanco,la gente huyó,mientras  Miquihuana era saqueada y quemada por los revolucionarios furiosos,que no encontraron ni los arreos de sus 30 mulas,y cuantimenos el tesoro...Así que,con el tiempo, Miquihuala quedó ruinoso y desolado, hasta que el lugar se convirtiò en un pueblo fantasma...
Años después,unos cazadores de venado acamparon en las ruinas de la que fuera la casa de Ana Rosa,y uno de esos hombres,por accidente,hundió su bota en un ladrillo dejando un boquete en el piso y al ver en el fondo del suelo unas ollas muy grandes, repletas de oro ...Llamó a los otros cazadores a gritos,y los tres hombres se dieron a cavar para sacar el tesoro...Pero a la media noche,cuando la luna estaba en el cenit, del fango de la derruída fuente surgió una mujer, extenuada, rígida, leprosa, y turbia, con una desgarrada cuera gris, la cara gastada y sin nariz, verde de moho sepulcral. El pelo es lacio, ralo. Fijó en los aterrados hombres las huecas orbitas anilladas de azul y abrió la boca desdentada, diciendo unas silenciosas palabras con la sonrisa sutil de la demencia de la muerte:
-Ese tesoro era mío...Pero ahora estoy muerta...
En ese justo momento se escuchó un tremor terrible, como el galopar desvocado de 100 mulas,y unos alaridos espeluznantes...En el horizonte nocturno se dibujò una polvareda...Unos jinetes cadavéricos galopaban sobre el viento, y entonces la mujer lanzó un alarido espeluznante y se esfumò en la nada...Pero los jinetes,cadavéricos,con sus cananas en los huesos y sus carabinas oxidadas en las falanges descarnadas siguieron avanzando hacia los aterrados cazadores,que cuando por fin reaccionaron de su estupor,corrieron en pánico hacia sus monturas y salieron de las malditas ruinas de Miquihuana a todo galope,y casi reventando a los caballos, no pararon hasta llegar a Reynosa...
Desde entonces,a pesar de la tentación por ese tesoro,nadie en su sano juicio se acerca a las ruinas de Miquihuana,si no quiere ser perseguido por los espectros de los revolucionarios,o ser acosado por lumbradas que aparecen de la nada,o aterrarse por ese rumor espeluznante entre árboles que se estremecen sin haber aire alguno, o lo peor,hechizado por el espectro de la vieja demente que sale del fango...


------------------------------>Zuicidio

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