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---------------------------------->Zuicidio






En tiempos de la Grecia clásica , vivió un hombre que tuvo pésima suerte: Hylas, un aventurero que recorría con sus compañeros el mar Egeo. Un buen día, la nao en la que viajaban atracó en la isla de Chíos, y Hylas decidió ir en busca de agua potable, pues las provisiones del barco empezaban a ser escasas.

La costumbre de adornar con inscripciones las tumbas y monumentos fúnebres tiene su origen, como tantas cosas, en el Antiguo Egipto. La más influyente de las culturas mediterráneas fue, así mismo, la más necrófila. A orillas del Nilo, el culto a los muertos alcanzó un nivel jamás pensado de sofisticación.


Hayan sido enterrados o no, los muertos nunca mueren. Andan siempre entre la gente, como fantasmas sin quietud, para sostener la vida de los vivos.


Llevaba ocho días de enterrado...

Todo lo ofrecido a los muertos no debía ser comido por los vivos, ya que era una ofrenda sagrada, y lo mismo sucedia con todas las plantas y frutos silvestres que en el Samhain se volvían propiedad de los espíritus, y ya no eran buenos para el consumo humano hasta Bealtaine,la fiesta del solsticio del invierno. Todo lo que no se había cosechado se dejaba también para los los sídhe de los bosques...
Los panellets –o incluso en las regiones francesas,los huesos de santo- dulces hechos con boniato, almendra y piñones, eran los “panes” que se ofrecían a los muertos y se comían en familia durante esa noche, una noche en la cual lo importante era mantenerse despierto para recordar con alegría a los que no están. Esa noche se encendía en el centro del pueblo, un fuego para guiar los espíritus de los muertos que visitaban a sus familiares vivos, y para tostar las castañas y comer frutos y beber moscatell y festejar que los inicios de noviembre indicaban el fin de toda vida agrícola, los rebaños se guardaban y empezaba el tiempo del descanso,y como tal hay que celebrar con alegría,sin ese tono triste y trágico que los católicos impregnaron estas fechas desde que la arrebató de los pueblos más antiguos de Europa...
(Desde Ciudad Juárez, ciudad de funerarias,nuestra amiga Micltlantecutli nos envía estos datos para rla redacción del reportaje sobre la violencia ha hecho florecer en el territorio mexicano el negocio de los servicios fúnebres, que se han quintuplicado en 4 años...)
El joven fue muerto por un desconocido que en la parada de un semáforo le disparó desde un coche porque creía que se burlaba de él, cuando en realidad se reía de la ocurrencia de un sobrinito que iba a su lado. Ramírez reconoce que "el negocio va muy bien, los clientes se han triplicado en los 4 últimos años".

En adelante, con el apoyo de una muleta de segunda mano, se dedicó, cual cliché urbano, a la venta de billetes de lotería.
De Pedro Miguel.
El dolor devasta, pero construye; la oquedad desespera, mas no envenena el alma, y el hueco hospitalario en la tierra se vuelve raíz de la existencia para quienes permanecen en la superficie por un tiempo más.
Tengan buen provecho.




Se preparan al detalle, constan de tres a siete niveles según su complejidad y pueden contener tantos objetos como se precie, aunque deben estar en correcto orden y proporción. El altar más básico debe tener como elementos los alimentos, frutas, dulces y bebidas con los que el fallecido más disfrutaba. También debe contener los cuatro elementos de la naturaleza. Por ejemplo, para representar al aire puede colocarse una figura de papel picado, muy tradicional; la tierra, con flores o frutas típicas de méxico; el agua, con un recipiente lleno de este líquido (o el tequila); y el fuego, con velas. Otros elementos que deben colocarse son la imagen del difunto, unas figuritas de azúcar de la calaca o pelona, el Pan de Muerto, las cruces y sobre todo, lo que le gustara al difunto: tabaco, tequila, mole, arroz. Después de esto, pueden añadirse más elementos como sal, aromas y pétalos una hermosa flor mexicana llamada cempatsúchitl de color gauda y de perfume dulce y fresco,flores que indiquen el camino hacia al altar. El resultado es una colorida y ordenada mezcla de objetos, flores, frutas y alimentos que despiertan los sentidos. Comida y color al más puro estilo mexicano, pueblo que no se horroriza ante la muerte. Por el contrario, la hace visible, la celebra, la recuerdan, se la comen de distintas maneras: los niños morderán las calaveritas de azúcar o de chocolate,en tanto, los adultos la comeran en forma de pan de muerto...
En México hay dos días, que coinciden con el primero y segundo de noviembre, en los que a los difuntos regresan y se les reclama, se les acoge,se les alimenta,se les celebra y se les despide,por medio de los Altares de Muerto cuyos elementos facilitan este retorno actuando de "camino" o "puerta" hacia el mundo de los vivos.




