3/14/2010

Cargador vacìo...







El guardia de seguridad está nervioso y asustado.
Es nuevo en el empleo y piensa (suponiendo que los guardias de seguridad piensen) obsesivamente que esa noche podrìa morir. Además,sabe que no sirve para eso,pues es cobarde y se asusta enseguida,y no sabe como reaccionaría si se encontrase con un asesino,de verdad un asesino.
Es oscura la noche y hay un corte sùbito de luz.
Una olor a podredumbre se esparse como peste a su alrededor...
Oye un ruido detrás.
Los pasos se acercan a su espalda...
Sistòles y diàstoles desvocados,hasta que la adrenalina estalla los diques.
Saca la pistola reglamentaria, se gira y vacía el cargador a bocajarro.
Un segundo: estruendo...otro segundo: silencio mortal...otro segundo y un cuerpo como un paquete de carne picada cae al suelo.
Mujer de la limpieza con clásico uniforme de empresa azul que velozmente se empapa de sangre... El guardia de seguridad suda, palidece, tiembla...
Se relaja un poco la tensión y mana el llanto.
Se escucha una gotera y la sirena de la policía.
Se mete la pistola en la boca y aprieta el gatillo.
Un clic.
Nada.
Más silencio.
Cargador vacío, recuerda.

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