3/17/2010

Con un pìe en el inframundo...

Cuando Orfeo tocaba su lira,no sólo los hombres, animales y dioses se quedaban embelesados escuchándole, sino que incluso la Madre Naturaleza detenía su fluir para disfrutar de sus notas, y que así, los ríos, plantas y hasta las rocas escuchaban a Orfeo y sentían la música en su interior, animando su esencia.
Por eso no era de extrañar que las mujeres le admiraran y que tuviera no pocas enamoradas que soñaban con yacer junto a él y ser despertadas con una dulce melodía de su lira al amanecer.
Pero sólo una de ellas llamó la atención del mùsico... Eurídice, quien seguramente no era tan atrevida como otras y si màs hermosa… Y como el amor es caprichoso e inesperado, desde que Orfeo la vio, la imagen de su tierna sonrisa, de su mirada brillante y transparente, le diò su corazòn y su mùsica... Zeus, reconociendo el valor que había demostrado Orfeo en muchas de sus aventuras, le otorgó la mano de su ninfa Eurìdice , y vivieron juntos muy felices, disfrutando de un amor que se dice que fue único, tierno y apasionado como ninguno.

Pero no hay felicidad eterna, y quizà por ello, en esta ocasión sobrevino la tragedia. Quiso el destino que el pastor Aristeo quedara también prendado de Eurídice, y que un día en que ésta paseaba por sus campos, el pastor olvidara todo respeto atacándola para hacerla suya. La ninfa corrió para escaparse, con tan mala fortuna que en la carrera una serpiente venenosa mordió su pie,haciendo que Eurìdice cayera muerta sobre la hierba.
En las orillas del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice. Consternado, Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo en busca de Eurídice. Camino de las profundidades del inframundo, tuvo que sortear muchos peligros, para los cuales usó su música, ablandó los corazones de los demonios, e hizo llorar a los tormentos del infierno (por primera y única vez). Llegado el momento, con su música despertò la piedad de Hades y de Perséfone, los cuales permitieron a Eurídice retornar con él a la tierra... pero sólo bajo la condición de que debía caminar delante de ella, y que no debía mirar hacia atrás hasta que ambos hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol bañasen a Eurídice.

A pesar de sus ansias, Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto, incluso cuando algùn demonio le orillaba a que se volviera,èl se mantuvo firme y no se volviò,venciendo su propia curiosidad,con tal de que Eurídice estuviera bien.
Llegaron finalmente a la superficie y, por la desesperación, Orfeo volvió la cabeza para abrazarla y besarla y..la viò... ella todavía no había sido completamente bañada por el sol, todavía tenía un pie atràs, en el camino al inframundo: Y por ello Eurídice se desvaneció en el aire para siempre...



------------------>Zuicidio

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