3/01/2010

La Dalia Negra...


La mañana del 15 de enero de 1947, la señora Bersinger salió de su hogar ,en Leimert Park ,Los Ángeles, acompañada de su pequeña hija. No habían caminado mucho cuando pasaron frente a un lote baldío en la intersección de las avenidas Norte y 39. Entre el pasto crecido reposaba un maniquí roto a la mitad.
Los terrenos sin construcción siempre han servido para que algunas personas arrojen todo tipo de objetos. Pero...un maniquí...?
Al acercarse, el ama de casa observó lo que parecían ser mutilaciones en el presunto monigote. Fue entonces que se percató de que el cuerpo rodeado de basura no era el de una muñeca sino el de una mujer...
Betty Bersinger había tropezado con el que quizá sea el mayor enigma en la historia del crimen de Estados Unidos.
En cuestión de minutos, el escenario estaba rodeado por decenas de curiosos y un destacamento de policías y peritos forenses. Pese a la multitud presente, los investigadores pudieron establecer algunas observaciones preliminares.
El cadáver estaba cortado en dos a la altura de la cintura. La mitad de arriba tenía ambos brazos descansando sobre el pasto y por arriba de la cabeza, en una posición macabramente seductora. La parte de abajo –alineada, pero a casi medio metro de la de arriba– fue colocada con las piernas completamente abiertas, exponiendo los genitales. Una herida vertical de aproximadamente cuatro pulgadas, justo entre el ombligo y el monte de venus era evidente (la autopsia reveló que el corte al parecer sirvió como una vagina adicional para el placer del asesino). Había múltiples cortes superficiales sobre el abdomen y ambos senos fueron abiertos por la parte inferior.
Y dos largas incisiones que partían de las comisuras de los labios se extendían a lo largo de las mejillas hasta casi alcanzar los oídos, lo que daba al rostro de la mujer una mueca de sonrisa macabra.

Un trozo profundo de carne y músculo había sido cortado del muslo izquierdo (más adelante se determinó que algunos pedazos fueron insertados en el ano y en la vagina). Ninguna de las mitades del cuerpo contenía sangre, lo que indicaba que había sido previamente drenado. La ostensible dilatación del ano era sìgno d que la mitad inferior de Elizabeth Short fue utilizada para propósitos sexuales después de muerta.
Para evitar que la escena del crimen continuara contaminándose por la visita de los curiosos, el cadáver fue llevado a la morgue del condado de Los Ángeles. Hasta hoy,algunos de los resultados de la autopsia se han mantenido en secreto por la policía, la cual siempre guardó esperanzas de atrapar al asesino. Más de 60 años después, el caso permanece sin resolver.

Conforme las semanas pasaron,las investigaciones alcanzaron un punto muerto, y el caso de La Dalia Negra (como la conocían sus amigos) irrumpió también en los terrenos baldíos de la literatura. Desde entonces, Elizabeth Short ha sido víctima de muchos escritores, quienes en su mayoría han asumido,en el estilo moralista y puritano màs ñoño de los yanquis, que la joven era una actricilla más en la trituradora de Hollywood, que eligió el camino equivocado, describiéndola como una estrella porno y prostituta ocasional.
Ambas especulaciones son falsas. La autopsia de Short, entre otras cosas, descubrió que sus órganos sexuales estaban apenas desarrollados, por lo que era imposible que tuviera prácticas sexuales. Incluso sus amigos recuerdan el hábito de Elizabeth de que todo mundo se enterara cuando compraba toallas sanitarias, toallas que en secreto nunca utilizó.
Nativa de Hyde Park, Massachusetts, Elizabeth Short vio la primera luz el 29 de julio de 1924. Su padre, Cleo Short, agobiado por las obligaciones familiares, fingió un suicidio en un río cercano y desapareció de Massachusetts, trasladándose a California.Hasta allá fue a buscarlo su hija Elizabeth años después sin entenderse con èl. La segunda vez que viajó fuè a Hollywood, pues deseaba ser actriz. Una película de la época, La dalia azul, estelarizada por Verónica Lake, inspiró a sus amigos para que la llamaran La Dalia Negra, debido a los gustos de Short por vestir prendas negras que contrastaban con su piel blanca.Elizabeth Short nodestacò en la Meca del cine. Para sobrevivir tuvo que hacer diversos trabajos en algunos de los innumerables bares cercanos a los estudios cinematográficos,y además dormìa donde podía para ahorrarse el hospedaje. Tuvo varios novios. Sin embargo, su inocencia rural fue un señuelo para productores de cine porno y esos depravados que acechan a las muchachas desde todas las èpocas,con sueños de fama. Fue el caso de un soldado delgado, alto, al que Georgette Bauerdorf, la amiga más cercana a Short, se refirió en una ocasión. Georgette fue asesinada meses antes y en circunstancias similares aunque no tan atroces como lo fue La Dalia Negra. Las investigaciones del escritor John Gilmore, registradas en el libro Severed (Mutilada), apuntan a que el individuo enjuto al que hacía referencia Georgette era Jack Anderson Wilson, un hombre de maldad pura que sabía detalles de la muerte de La Dalia Negra que sólo eran del conocimiento de los forenses. Por ejemplo, que Short aún estaba viva al momento en que el asesino empezó a cortarla a la mitad.
Pero dicho sujeto,la ùnica pieza que pudo resolver el enigma de La Dalia Negra, murió en un misterioso incendio y asì,el caso permaneció abierto muchos años, como las heridas infligidas en el rostro, vientre, senos y vagina de Elizabeth Short...

------------------------------------>Zuicidio

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