4/18/2010

El gato de Monia...



Como Monia había decidido morir, su gato tendría que arreglárselas solo.
Ella ya se había ocupado de él mucho más de lo razonable.
Hacía tiempo que las ratas y los ratones habían caído en trampas y servido como comida para la gente del pueblo. Los animales domésticos habían desaparecido poco después. Todos menos uno, aquel gato, su compañero, que ella había escondido.
Por qué no lo había matado?
Necesitaba una razón para vivir, algo que proteger y querer..., una razón para sobrevivir. Se había prometido seguir alimentándolo hasta el día que no pudiera alimentarse ella misma...
Aquel día había llegado.
Ya había cortado sus botas de cuero en tiras, las había hervido con ortigas y semillas de remolacha. Ya había escarbado la tierra en busca de gusanos, había lamido cortezas. Aquella mañana, en un delirio febril, se había puesto a mordisquear la pata del taburete de la cocina, masticando y masticando hasta que las astillas le salían de entre las encías...
Cuando vio huir a su gato bajo la cama,y luego,aterrado, negarse a salir de su escondrijo, incluso cuando ella se agachó, llamándolo por su nombre, intentando convencerle para que saliera, fue el momento en el que Monia decidió dejarle la herencia de su cuerpo y se dispuso a
morir.
Sin nada que comer y sin nadie que la quisiera...

------------------------------------------->Zuicidio

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